Un oasis donde el mar y la piscina se funden en un mismo horizonte
Hay lugares que solo se disfrutan… y lugares que se recuerdan para siempre. En el Hotel Tahití Playa, ese lugar tiene nombre propio: nuestra zona de piscinas frente al Mediterráneo.
Un espacio creado para desconectar, descansar y sentir cómo el entorno te abraza desde el primer momento. Aquí, cada día empieza y termina con el sonido del mar como banda sonora, y la luz del Mediterráneo como acompañante constante.
Con acceso directo a la playa y una ubicación privilegiada sobre el paseo marítimo de Santa Susanna, nuestras piscinas se han convertido en uno de los rincones más valorados por quienes nos visitan año tras año. No es solo un área de baño: es el auténtico centro de la vida del hotel.
Un baño con vistas infinitas
Pocas experiencias se pueden comparar a la sensación de nadar mientras observas cómo el mar y el cielo se fusionan en un mismo horizonte. La piscina principal del Hotel Tahití Playa está situada literalmente frente a la playa, lo que permite disfrutar de vistas panorámicas al Mediterráneo desde cualquier punto.
Desde primera hora de la mañana, cuando la luz suave ilumina el agua y el ambiente es tranquilo, hasta los momentos más animados del mediodía, la piscina invita a vivir el verano, la calma y la alegría a tu propio ritmo.
La amplitud del espacio permite que cada huésped encuentre su lugar ideal: zonas más tranquilas para relajarse, áreas ideales para familias con niños y rincones perfectos para quienes buscan un baño refrescante entre horas.
El contraste entre el agua de la piscina y el mar a pocos metros crea una atmósfera única, difícil de encontrar en otros destinos. Es precisamente esto lo que hace que tantos clientes describan la experiencia como “un pequeño paraíso junto al mar”.
Hamacas, camas balinesas y el sol como protagonista
Rodeando la piscina encontrarás una amplia zona de hamacas perfectamente distribuidas para que puedas desconectar sin prisas.
Si prefieres un plus de confort, nuestras camas balinesas te permiten disfrutar del sol y la brisa marin en un ambiente más exclusivo.
Este espacio está pensado tanto para quienes buscan broncearse como para quienes prefieren descansar bajo una sombrilla mientras leen, escuchan música o simplemente contemplan el mar.
La cercanía al Mediterráneo convierte cada momento en algo especial: cerrar los ojos, respirar profundamente y dejar que la brisa te acaricie se convierte en un pequeño ritual diario.
Zona solárium: calma, privacidad y bienestar
Para quienes buscan un ambiente aún más relajado, la zona solárium es un refugio de serenidad. Aquí, el ritmo es otro: más lento, más silencioso, más íntimo.
Es el lugar ideal para quienes desean escapar del bullicio y disfrutar de un espacio tranquilo donde el bienestar sea protagonista.
Muchos huéspedes eligen este rincón para pasar sus mañanas o tardes en absoluta desconexión. La combinación de luz natural, silencio y vistas al mar crea una experiencia profundamente reparadora.
Momentos en familia junto a la piscina
La piscina principal también es uno de los espacios favoritos de las familias que visitan el hotel.
Los más pequeños disfrutan del agua durante horas, ya sea chapoteando, jugando o participando en las actividades del equipo de animación.
Para los padres, es la oportunidad perfecta para relajarse mientras observan cómo sus hijos se divierten en un entorno seguro y cómodo.
La piscina se convierte así en un punto de encuentro generacional: los niños juegan, los adolescentes conversan, los adultos descansan… y todos comparten momentos que, con el tiempo, se convierten en recuerdos imborrables.
Actividades, energía y diversión para todos
La piscina no solo es un espacio para descansar: también es el escenario de algunas de las actividades más queridas del hotel.
Cada día, nuestro equipo de animación organiza propuestas para todas las edades, desde sesiones de aquagym y juegos acuáticos hasta actividades más tranquilas para quienes buscan mantenerse activos sin renunciar a la diversión.
El ambiente es siempre agradable, dinámico y respetuoso, pensado para que cada huésped pueda elegir cómo disfrutar del día: participando o simplemente observando desde la hamaca mientras toma el sol.
Atardeceres que lo cambian todo
Cuando el sol empieza a caer, la zona de piscinas se transforma.
Las luces se suavizan, el ambiente se vuelve más íntimo y la brisa del final del día aporta una sensación de calma que invita a quedarse.
Muchos huéspedes disfrutan en este momento de una bebida refrescante, una conversación relajada o simplemente de la belleza del cielo teñido de colores cálidos.
Es un momento mágico en el que la piscina, la playa y el Mediterráneo parecen fundirse en una misma postal.
El Mediterráneo, siempre presente
En el Hotel Tahití Playa, las piscinas no son solo una instalación: son el alma del hotel.
Definen su estilo, su esencia y la relación única que el visitante establece con el entorno.
Nadar, descansar, tomar el sol, compartir momentos en familia o dejarse llevar por la tranquilidad… Sea cual sea tu plan, aquí todo está pensado para que disfrutes del Mediterráneo desde el mejor lugar posible: frente al mar y sin moverte del agua.
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